El proceso de esta muestra surge con la intensión de mirar desde otro lado nuestro contexto. Con los estudiantes intentamos explorar desde la actuación, algunas formas escénicas para decir lo que muchas veces no encuentra espacio en otros lugares.

Cada escena emergió de una búsqueda colectiva, de improvisaciones que fueron tomando cuerpo y sentido en diálogo con distintos espacios, con la escuela y con sus propias experiencias.

Entre esas escenas aparece un personaje particular: el simulador. Cada situación tiene alguno. A veces orienta, otras, pasa desapercibido o revela lo que está oculto. Su función es la de conectar, mediar y, sobre todo, posibilitar que algo suceda. En su paso, las situaciones se transforman, los personajes se descubren y el público es invitado a percibir lo que está/sucede pero que no se ve del todo.

El teatro, como el arte urbano, no se encierra. Habita los cuerpos, las palabras y los espacios comunes. Esta muestra es apenas un fragmento de esa energía viva que sigue creciendo, como una marca que el tiempo no borra.

Prof: Mariano Burgos